Pacific Islands Pavilion

El pabellón funciona como un atractivo medioambiental y navegable. La fachada es una invitación a sumergirse en el océano, reproducida en una cortina de flecos traslúcidos que se mecen suavemente con el viento. Tras cruzar el umbral, los visitantes se encuentran en un vestíbulo donde se ubican los cinco países participantes y donde se dan instrucciones sobre cómo recorrer el pabellón mediante una forma de navegación llamada wayfinding, guiada por los elementos naturales y típicamente utilizada por los habitantes de la Islas del pacifico.

A continuación, los visitantes acceden a un espacio que recrea el mar bajo un cielo estrellado. Al fondo, un gran cuerpo celeste alterna entre el sol y la luna. La iluminación reproduce la noche y el día en un único espacio rodeado por un horizonte lejano que separa el cielo y el mar. En el interior, cortinas con flecos traslúcidos unen lo que separa el horizonte, como en una atmósfera oceánica húmeda.

En el mar, cinco islas están envueltas por cortinas de siete metros de altura. Un elemento táctil en el pavimento indica cómo llegar a ellos. Los cinco sitios pueden percibirse como islas, como una masa de vegetación exuberante y como un grupo de cabañas de lluvia. En los muros perimetrales cuelgan una serie de espejos que multiplican el firmamento y el reflejo del sol en los flecos traslúcidos de las cortinas, al mismo tiempo que crean el efecto de un vasto océano salpicado de islas.

Las propias islas están dedicadas a algunos de los temas típicos de la vida y la cultura de los habitantes de las Islas del Pacífico: la kava, bebida asociada a un ritual ancestral; la canoa con estabilizadores, que utilizan para navegar por el Pacífico desde tiempos inmemoriales; los arrecifes de coral; los cuentos, mitos y leyendas que forman la base de su rica tradición oral; y algunos de los vídeos, colgados en Youtube, de los habitantes contando sus historias hoy.

Las paredes del pabellón exhiben una variedad de ejemplos relacionados con la cultura del agua de cada uno de los países participantes: el cráter volcánico de la isla de Tofua en Tonga, un extraordinario contenedor natural para recoger el agua de lluvia; el antiguo lago Siwi sobre las cenizas del volcán Monte Yasur en Vanuatu; el reciente traslado de la capital de Palau a la isla de Babeldaob, a orillas del lago Ngardok; los estanques de agua dulce de las plantaciones de arroz de Timor Oriental; y las tranquilas aguas de la laguna Marovo en las Islas Salomón, que como caldo de cultivo de cinco idiomas diferentes ilustra la rica diversidad de las Islas del Pacífico.